Siempre había fantaseado con la posibilidad de que R. hiciera de padre biológico de mis hijos. Amor platónico de juventud, diez años sin vernos. Y, de repente, me localiza, me contacta, me dice que viene a España y que querría venir a visitarme. ¡¡Qué emoción!!
Reencuentros, viejas historias, su sorpresa al ver que comparto mi vida con una mujer. Ya en el primer rato me preguntó si queríamos tener hijos y ante la respuesta afirmativa puso una cara de estupefacción de la que yo me reí: "Tu penses à la logistique, n'est pas?" Varias veces a lo largo de la semana sacó el tema a colación, pero yo le iba dando largas, hasta que una noche en que me volvió a preguntar, le expliqué las distintas opciones: que si la adopción, que si la inseminación artificial, que aquí estaba cubierta por la seguridad social, y por último la posibilidad de que algún amigo te haga el favor. Siguió interesándose por el tema, hasta que "Pour quoi tu me demandes autant? Es-tu interesé à être le papa?" "Non, non, hahaha" Pero rato más tarde "Bon, en fait, peut-être si, je serais interesé à être le père".
Increíble. Si lo hubiera planeado, no habría salido tan bien. Lo hemos hablado mucho a lo largo de los siguientes días. La idea no es para ahora, B. aún no está preparada, pero está muy bien poder ir hablándolo y madurándolo. ¡Esto es serio!
Él se lo va a pensar mejor, ver cómo lo gestionaría, qué tipo de rol querría ocupar, si es que al final llevamos este tema adelante, ... Tenemos que mirar también cómo atar bien el tema legal, para que no pueda haber problemas más adelante. Reflexionarlo también nosotras, y dejar que llegue el momento. Pero qué bien. ¡¡Sería genial!!
¡Un mulatito o una mulatita! Sería tan divertido...
