La víspera del fin del mundo
(esto se va a acabar)
Esta noche, probablemente, sea mi última noche. La última noche antes del fin. Shhhhh.... No preguntes. No puedo explicarte más y tampoco importa. Sólo importa que hoy va a ser diferente, necesito que sea diferente. Así que olvida que yo suelo cobrar por esto y, esta vez, acepta el regalo de mi cuerpo, y lo que puedas tomar de mi alma.
Mírame bien. ¿Me ves? Soy una loba. Salvaje y tierna, fiera y juguetona. Llena de fuerza antigua y de curiosidad siempre nueva. Desvísteme, llega a lo que hay debajo, olvida mi pelaje o mis boas. Yo estoy dudando entre desnudarte a dentelladas o lamer tu cuerpo lentamente, saboreando cada rincón de tu fina piel.
Esta noche es única y gozosa. Lo quiero todo. Que no quede nada por explorar: la lujuria, el deseo, la ternura, allí donde el placer roza el dolor, el erotismo, la sensualidad, la tentación, el sexo animal. Descubrir todas las maneras diferentes de gozar. Y quiero también las fantasías más inconfesables, los juegos más obscenos.
Quiero quedar extenuada, que el placer desdibuje todo lo que no es placer, fundirme contigo y separarme, reencontrarme de nuevo, recorrer tu cuerpo con las yemas de mis dedos, con mis pezones, con mi lengua, con mi sexo. No olvidar nada: ni tu nuca ni tus orejas, tus muñecas ni tus dedos de los pies. Quiero encontrar las cadencias que hacen temblar nuestros cuerpos. Investigar cómo cambia tu respiración y tus gemidos cuando cambian mis movimientos. Explorar el mapa de olores de tu cuerpo y degustar los distintos dulces y salados. Susurrarte al oído y gritar de placer. Dedicarme únicamente a ti. Hacer que me supliques más. Abandonarme y dejar que hagas magia conmigo.
Amor... Sí, sí, lo sé, pero finjámoslo por un rato. No importa quién eres ni quién soy. Pero deja que te quiera un poco mientras te muerdo, te estrujo, te succiono, acaricio tu jadeante pecho y recorro la línea de tu vientre hasta acariciar el fuego entre tus piernas. Ámame tú también, aunque sea por un rato, mientras palpas bien mis curvas, mientras muerdes mi culo, mientras tocas mis tetas. Apriétame, pellízcame, empuja, muévete, roza mi cuerpo. Bésame, incluso. Penetra en mí, descubre todas las posibilidades que te ofrece mi cuerpo. Y lámeme hasta hacerme aúllar de placer.
Despierta mi morbo, excítame, exhíbete, provócame, muéstrame qué te gusta, mastúrbate sobre mí, o véndame los ojos mientras me guías hacia tu deseo. Acelera el ritmo de mis latidos, haz que mi sangre entre en ebullición. O deja que sea yo tu dómina, la que decida qué, cuándo, cuánto, cómo y por dónde, la que te ate y te penetre, la que, voluptuosa, se deje arrastrar por el instinto, sin poner barreras.
Quiero gozar y quiero gozar contigo, quiero una fiesta de los sentidos, quiero no dejarme nada, que el placer desdibuje todo lo que no es placer.
Porque quién sabe...
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